La Sección Primera de la Audiencia Provincial de Alicante ha condenado a un hombre a trece años de prisión por un delito de agresión sexual en Xà bia a una mujer que padece una discapacidad psÃquica, en un grado del 69 por ciento.
El fallo, al que ha tenido acceso Efe, impone además al condenado, el marroquà N.E.R., el pago de una indemnización de 40.000 euros a la vÃctima por los daños morales ocasionados.
El tribunal considera probado que el acusado se aprovechó de la mujer y que la penetró a la fuerza, "a pesar de que ella le repetÃa que no querÃa mantener relaciones sexuales con él".
Los hechos se produjeron en la madrugada del 10 de marzo de 2018 en un garaje de una calle del municipio de Xà bia, cuando la vÃctima se dirigÃa a un bar próximo al que acudÃa de manera habitual.
Entonces, según la sentencia, el procesado se abalanzó sobre ella, la agarró por el brazo y la introdujo en el garaje "mostrándole un billete de 10 euros" y diciéndole que querÃa mantener relaciones sexuales con ella.
En el fallo se deja constancia de que el acusado no podÃa ignorar que la mujer sufrÃa una discapacidad ya que "la situación de la vÃctima es perceptible para cualquier persona que entabla una mÃnima relación con ella", sin que resultase necesario conocer a fondo el idioma castellano, como habÃa llegado a alegar el acusado.
Es más, de acuerdo con la sentencia, ambos habÃan reconocido que "se conocÃan con anterioridad", por lo que el procesado no podÃa alegar que la enfermedad le pudiese pasar inadvertida.
En esta lÃnea, el tribunal aplica el tipo agravado del delito de agresión sexual al tratarse de una vÃctima especialmente vulnerable por razón de su discapacidad.
En el juicio, el acusado habÃa llegado a sostener que las relaciones sexuales habÃan sido consentidas. Sin embargo, el tribunal confiere toda la verosimilitud al relato sostenido por la vÃctima tanto en su declaración inicial ante la Guardia Civil, como en el juzgado de instrucción de Dénia, asà como durante la celebración de la vista.
Además, también se da valor probatorio al testimonio de una de las trabajadoras del bar próximo al que la vÃctima acudió después de la agresión, llorando, "ajustándose la ropa y muy nerviosa".