Un hombre de 53 años y vecino de Monóvar (Alicante) ha sido condenado a 12 años de prisión por abusar sexualmente de su propia hija de manera continuada durante nueve años, entre los 5 y los 14, cuando la dejó embarazada.
Los hechos se produjeron tanto en el domicilio familiar, en el que el acusado convivía con su pareja, con la víctima y con un segundo hijo, nacido en el año 2010, como en la vivienda en la que residía el acusado después de que la pareja se separase.
La sentencia, dictada por un tribunal de la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Alicante considera acreditado que el acusado aprovechaba las ocasiones en las que se encontraba a solas con su hija, con la que dormía frecuentemente, para rozar sus genitales hasta llegar a eyacular sobre la ropa de la niña.
Esos episodios se repitieron a lo largo del tiempo hasta que, entre junio y julio de 2019, el procesado llegó a penetrar a la menor sin utilizar preservativo, con lo que ella resultó embarazada.
Durante su declaración en el juicio, el acusado reconoció que un día "se pasó de copas" y que se dirigió a la cama en la que estaba su hija viendo la televisión y que, entonces, la acarició "y cómo ésta no lo rechazó, la situación se le fue de las manos".
El tribunal confiere toda credibilidad al relato ofrecido por la víctima, quien relató que los abusos sexuales protagonizados por su padre se repitieron "desde hacía años, saliendo a la luz a causa de que quedó embarazada".
Los magistrados subrayan que la versión ofrecida por la menor es "persistente, no incurre en contradicciones o incoherencias y es lógica, no apreciando en su ánimo motivos espurios hacia el acusado".
La menor aseguró que había "crecido con eso", al referirse a los episodios en los que su padre la buscaba y le indicaba que fuera a su cama para tocarle los pechos y bajarle el pantalón del pijama. Según la víctima, esos abusos se repitieron "durante muchas veces, toda la vida" hasta el punto de llegar a "normalizarlos".
Además, en el juicio explicó que cuando sus padres se separaron, en diciembre de 2019, ella decidió irse a vivir con su padre "al mantener mejor relación" con él que con su madre, "durmiendo la mayoría de veces con él".
Y añadió que, una vez le preguntó a su padre hasta cuándo iban a prolongarse los contactos sexuales "y que no quería continuar", molestándole que su padre no le diera importancia a lo que le decía.
En todo caso, explicó que "no tenía conciencia" de que su padre la penetrara, que no sospechó que estuviese embarazada y que cuando el ginecólogo le dijo que estaba de seis meses, optó por el silencio "por miedo a que tuviera que volver a vivir con su madre y que su padre pudiera entrar en prisión".
El fallo considera al procesado responsable de un delito continuado de abuso sexual cometido sobre menor de 16 años, por el que le impone la pena de doce años de prisión y la prohibición de aproximarse a su hija a menos de 300 metros durante 15 años.
Además, acuerda otros 5 años de libertad vigilada, a contabilizar tras su salida de prisión, y le priva de la patria potestad respecto a sus dos hijos durante cinco años.
Por último, el tribunal establece que el procesado deberá indemnizar a su hija con el pago de 50.000 euros en concepto de reparación de los daños y perjuicios sufridos en una sentencia recurrible en apelación ante la sala de lo Civil y lo Penal del Tribunal Superior de Justicia (TSJCV) en el plazo de diez días.