En el estudio ha participado un equipo interdisciplinar de investigadores compuesto por Ana Polo-Díaz (Universidad del País Vasco), Rosa María Poch (Universitat de Lleida) y Carlos Ferrer García (Museo de Prehistoria de Valencia).
Los resultados de este trabajo, que integra estudios geomorfológicos, estratigráficos, cronométricos, edafológicos y micromorfológicos, han sido publicados en la prestigiosa revista Catena y forman parte del proyecto de investigación PALEODEM, financiado por el Europan Research Council.
El estudio ha permitido realizar una detallada cartografía de un campo de dunas con 45 depósitos de arenas, que se extienden a lo largo de siete kilómetros por tres entre los municipios de Villena y Caudete.
"Algunos estudios llevados a cabo entre los años 70 y 90 habían identificado algunas formaciones dunares en esta zona, pero no contábamos con una cartografía detallada y desconocíamos las secuencias estratigráficas de estos depósitos, así como su edad de formación", ha explicado Fernández López de Pablo.
Estas dunas, situadas a unos ochenta kilómetros de la costa mediterránea, son el producto de un periodo árido y seco de la Edad del Hielo cuando el viento erosionó los sedimentos de las montañas próximas, cuyas arenas se depositaron en el fondo del valle, lo que dio lugar a estas formaciones dunares.
"Por primera vez hemos utilizado métodos de la física, en concreto uno que se llama Luminiscencia Óptica Estimulada que permite conocer en qué momento estos granos de arena quedaron enterrados y dejaron de recibir la luz del sol. En el trabajo han sido datadas, mediante ese sistema empleado en geología, tres dunas diferentes, arrojando una antigüedad de entre hace 16.300 y 15.000 años", ha especificado Fernández López de Pablo.
La península también tuvo una 'pequeña edad de hielo' hace 400 años
Otra peculiaridad de esta investigación ha sido el hallazgo por encima de las dunas de estratos en los que se formaron suelos, lo que los científicos denominan paleosuelos (suelos enterrados). Estos se originaron en condiciones climáticas más estables durante el Neolítico y la Edad Media.
"Se han analizado secuencias de suelos enterrados que indican fases de estabilización ambiental o mejora climática que favorecieron el desarrollo de la agricultura por las comunidades prehistóricas asentadas en la zona durante el Neolítico Final y el Calcolítico (hace 5.500-4.200 años), así como durante la época Emiral (siglos VIII y IX d.C.)", ha destacado el arqueólogo, quien ha precisado que sobre estas dunas han encontrado restos arqueológicos de esos periodos.
Además, en uno de los depósitos se ha identificado por primera vez un suelo formado en el siglo XVII cuyos sedimentos presenta rasgos periglaciares (alterados por el hielo), lo que demuestra la incidencia de la pequeña edad de hielo en la península ibérica hace unos 400 años, una etapa de empeoramiento climático documentada.
El campo de dunas de Villena alberga varios importantes yacimientos arqueológicos desde el Mesolítico hasta la época medieval, por lo que este espacio es "un lugar privilegiado para entender las interacciones entre los grupos humanos y el clima durante el pasado", ha subrayado el experto.