Una mujer de 45 años acusada de matar a su propia madre en el domicilio en el que ambas convivían en Alcoy ha sido condenada por la Audiencia de Alicante a seis años de internamiento en un hospital psiquiátrico penitenciario, tras reconocer los hechos y asumir la autoría del delito de homicidio que se le atribuía.
Ese reconocimiento se produjo tras alcanzar un acuerdo de conformidad con la fiscalía que evitó que la encausada se sometiese a juicio por el procedimiento del Tribunal del Jurado, en un proceso que debía iniciarse el pasado miércoles.
El crimen admitido por la acusada se produjo la mañana del 20 de septiembre de 2022 en la vivienda que ambas compartían desde principios de ese año, donde las dos mantenían una relación complicada, con discusiones frecuentes.
El suceso dio inicio, precisamente, en una de esas disputas, motivada por causas no precisadas, y en un momento de esa riña, en la cocina, la madre cogió un cuchillo que llegó a esgrimir ante su hija ante lo cual ella respondió cogiendo una sartén "tipo parrilla" para golpearla violenta y sucesivamente en la cabeza y en la cara, "provocando con ello que cayese al suelo" e inconsciente.
La acusada aprovechó ese momento para estrangularla con sus manos hasta que creyó que había muerto. Tras dejarla en el suelo, escuchó unos ruidos y regresó para encontrar a su madre de pie en el recibidor de la vivienda tratando de huir pero la rodeó por el cuello con el cinturón y la arrastró hacia el interior de la vivienda hasta que la hizo caer.
A continuación, usó un cuchillo de 30 centímetros de hoja y la acuchilló de forma reiterada en distintas zonas del tórax, tras lo cual tiró el arma, cogió dos tapones de silicona para los oídos y los colocó en los orificios de la nariz de la víctima para impedir que respirase y asegurarse de que estaba muerta, según la sentencia.
Por último, dejó el cuerpo y cogió el teléfono para llamar a su hermana y contarle que había matado a su madre, y esta familiar fue la que dio aviso al 112.
El fallo ve probado que la acusada tenía diagnosticado un trastorno límite de personalidad y depresión, "enfermedad mental de patología grave y crítica" que propició que actuase bajo una situación de "trastorno mental transitorio que, de forma parcial y relevante, afectó a las facultades volitivas e intelictivas".
Se le condena por homicidio con la agravante mixta de parentesco y la atenuante de alteración psíquica, "que actúa como eximente incompleta", para decretar los 6 años de privación de libertad en un hospital Psiquiátrico Penitenciario, tras lo cual habrá cuatro años de libertad vigilada, según una sentencia firme, sin posibilidad de recurso.